miércoles, 23 de marzo de 2011

Capitulo 4. La vida siempre te da sorpresas.

Se mostraba distante y frío con nosotros, tan solo nos dijo su nombre dejó su maletín en el suelo, y empezó a dictarnos teoría , no pude dejar de pensar en el en toda la mañana , tenía algo que se me hacía irresistible , una atracción fatal , que me iba a traer mucho problemas.
Ana me acompaño a casa, hacía poco que la conocía, pero me inspiraba una confianza especial, además, vivíamos cerca y no la costaba demasiado esfuerzo.
Esa noche ni siquiera tenía ganas de llamar a Bruno, cosa poco habitual, se me habían clavado los ojos de Raúl en mi corazón, sí, se llamaba Raúl.
Era raro, solo había estado delante de él una hora , y en las otras clases no me le pude quitar de mi cabeza , me resulta desconcertante , llevo solo un día en Madrid y ya estoy pensando en otro chico que no es Bruno , no se si le seguiré queriendo cuando le vuelva a ver.
Otra vez, el despertador me levanta de la cama, es raro, acaba de sonar el timbre nadie sabe donde vivo y aún es pronto.
-¡SORPRESA!
-¿Que haces aquí?
- Pues, ya ves te echaba de menos y pensé en venir a hacer una visita, cogí unos días libres en el trabajo y aquí estoy , se supone que tendrías que estar feliz de verme.
-Lo estoy, pero no se, estoy sorprendida.
-Ni un beso, ¿ni nada?-Me miro de forma rara, tal vez desilusionado.-
-Si claro, pasa, corre hace frío.
Ese beso me resultó raro, como si me le hubiera dado con el, pero mi corazón desearía con todas sus fuerzas que hubiera sido otra persona a la que hubiera besado.
No se por qué, pero no me apetecía que estuviera aquí, es más, en cierto motivo, me molestaba .Se que el no a cambiado que sigue siendo el mismo de siempre, pero hay algo en el, que hoy me resulta irritante...
Volvieron a llamar a la puerta, me esperaba que fuera cualquiera después de la sorpresa de antes, pero no, era Ana, me venía a buscar, hoy tocaba otro día de clase.
Esta vez, no vino andando, si no en coche, tan solo me dijo sube, nos llevará mi padre...
Él, su padre, ni siquiera saludó, tan solo miró por el retrovisor y se puso bien las gafas de sol, yo iba sentada atrás junto a Noelia y Sandra, las hermanas de Ana.
-Ruth, creo que mi padre y tú ya os conocéis.
No dije nada, la verdad, no me había fijado mucho en su padre al montarme al coche y era imposible verle bien desde atrás. Pero algo hizo que le recordara, por debajo de la camisa asomaba un tatuaje, era igual qué el de Raúl.
-No se. -No se me ocurría nada que decir-
-Sí, tu has empezado nueva este año, la verdad ayer te vi distraída en clase, será mejor que te apliques o suspenderás mi asignatura.
Después de esto me quedé helada, el dio la conversación por acabada al quitarse las gafas de sol y mirarme con ojos desafiantes.
En ese mismo momento confirmé que me había enamorado de él.